El crumble es un clásico en nuestra casa. Tengo dos adolescentes hambrientos, así que un crumble nunca dura mucho. Cada crumble queda un poco diferente según la fruta de temporada. Me gusta combinar manzanas con otras frutas, pero no solo uso manzanas. Mis crumbles pueden llevar arándanos, melocotones, ruibarbo, frambuesas, lo que me apetezca; ajusto ligeramente el azúcar para ingredientes más dulces o más ácidos. La clave de un crumble excelente es una cobertura crujiente y, con los años, he ido perfeccionando esta...
Relleno de fruta:
5 manzanas peladas, sin corazón y picadas
2 tazas de frambuesas
1/2 taza de azúcar
1/2 taza de harina
1/2 cucharadita de canela molida
Cubierta:
1/2 taza de harina
1/2 taza de azúcar morena
1/2 taza de avena arrollada
1/2 taza de almendras molidas
1 taza de almendras picadas
1/2 taza de mantequilla derretida
Mezcle el relleno de frutas y colóquelo en un molde para pastel de cerámica o vidrio.
Mezcle los ingredientes de la cobertura y espolvoree sobre la capa de fruta.
Hornear a 180°C o 350°F durante 55-60 minutos.
La cobertura debe quedar crujiente y tostada.
Servir caliente con crema batida.
Aunque, en mi opinión, las frambuesas le dan un toque más delicioso a todo, se puede sustituir casi por cualquier fruta. Este crumble es una receta muy flexible, así que puedes adaptar los ingredientes según la disponibilidad y no te preocupes demasiado por las cantidades exactas. Para un crumble de ruibarbo, duplica la cantidad de azúcar y experimenta hasta encontrar tus combinaciones favoritas.

#cerámicaestilovida #bellezatexturacapricho #placeressimples #diseñosmaiaming